¡Nos embarcamos en una Emocionante aventura de descubrimiento emocional! 🌈✨ Este post tiene una pizca de ñoñería, pero ¡esperá a ver lo divertido que se pone después! 😄
Una emoción es como un torbellino de sentimientos intensos y fugaces que nos hacen sentir vivos, ¡y eso que apenas hemos comenzado a explorar! 🌪️
Cada emoción tiene su propio “bailecito” en nuestro cuerpo, ¡sí, lo sentimos físicamente! Identificamos las sensaciones en el cuerpo, como una especie de señales internas que nos dicen:
“¡Hey, aquí hay algo importante!” 😮 Por ejemplo, cuando nos invade la tristeza, podemos sentir ese peso en el pecho, una presión en la garganta y hasta nos quedamos sin palabras. ¡Que combo no!?
Pero, aunque te parezca raro, estas sensaciones pueden ser diferentes para cada persona. Así que, aunque sea difícil describirlas con palabras, ¡nos armamos de valor y las etiquetamos para compartir con otros! 💬
Ahora, hablemos de la parte jugosa: ¡las emociones pueden ser agradables o un poquito incómodas! Depende de cómo interpretemos ese torbellino interno que nos sacude.
Es como ver la vida a través de unos lentes emocionales, ¡y cada uno tiene su propio estilo! 🕶️
Si nos ponemos a buscar en internet la definición de diferentes emociones (te juro que lo he hecho muchas veces), encontraremos un montón de palabras para nombrarlas, aunque algunas sean como primos hermanos con sutiles diferencias entre ellas. ¡La variedad está servida!
Ahora bien, dice la RAE (Real academia española) que las emociones son pasajeras, como una visita rápida de un amigo. Pero a veces, por alguna circunstancia o evento en la vida, nos aferramos a esas emociones y se quedan un rato más largo. A esas les llamamos “estados de ánimo“, y suelen ser menos intensos pero más duraderos. Son como el fondo musical que nos acompaña en nuestra danza cotidiana. 🎶
La palabra “emoción” tiene escondido en su raíz, movimiento e impulso, E-moción (movimiento). Las emociones son como esas fuerzas invisibles que nos “mueven” por dentro y nos empujan a la acción. Vienen y van, aparecen sin previo aviso y pueden ser más fuertes que un abrazo de oso, aunque también más efímeras que un suspiro.
Y ahora, con los tambores sonando y los confetis volando, presentamos: los tres componentes estrella de las emociones 🌟 Según Baer (2014), en su libro “Mindfulness para la felicidad“, estos tres compinches son los que nos revelan qué sucede durante una experiencia emocional:
1️⃣ Sensaciones corporales: ¡El cuerpo habla! Esas sensaciones físicas que nos estremecen, como cuando nos traspiran las manos al sentir miedo o cuando se tensa todo nuestro ser. Pero cuidado, una misma sensación puede aparecer en emociones diferentes, como pasa con una cara roja que puede ser de vergüenza o de ira. ¡No se le escapa nada a nuestro cuerpo!
2️⃣ Pensamientos: Pensamientos que se nos pasean por la cabeza, como una conversación interna con nosotros mismos. Son como frases repetitivas que nos susurran al oído, “¿cómo pudo hacerme eso?” si estamos enojados o un “tengo que salir de acá ya” si nos invade el miedo. ¡Incluso pueden manifestarse en imágenes que expresan la emoción, como una película mental! Por ejemplo si recordas un momento de felicidad, lo más probable es que empieces a sentirte feliz.
3️⃣ Impulso de reacción: Son esos deseos intensos de actuar de una cierta manera, como un cosquilleo que nos empuja a hacer algo. Si actuamos siguiendo ese impulso, se desata la conducta impulsada por la emoción. Por ejemplo, si el enojo nos invade, puede pasar que quieras romper algo o te de ganas de gritarle a alguien. Pero también podemos reprimir ese impulso, ¡una especie de freno de mano emocional! Eso sí, es importante recordar que elegir cómo respondemos a una emoción es clave, porque reprimirlas puede traernos problemas. El punto sería poder elegir cómo quiero responder a lo que está pasando.
Ahora, ¿qué tal si hacemos una exploración de las emociones?
Conseguí papel y tus colores preferidos, ya sean lápices, marcadores, crayones o pintura. ¡Cualquier cosa que te inspire!
¿Ya los tienes? ¡Perfecto! Arranquemos.
Antes de empezar podes otorgarle a cada color una emoción o sería a cada emoción un color…
Sentate cómodamente y respira pausado, como si le susurraras a tus emociones: “Tranquilas, que estoy listo/a para escuchar”.
Ahora, poné tu atención en el clima emocional de la semana.
Observa las emociones que han estado presentes.
OJO Intenta soltar los juicios de como te gustaría que hubiera sido tu semana emocional.
A veces, varias emociones se mezclan como en una deliciosa ensalada, pero a veces una de ellas destaca por encima de todas.
Las podés dibujar con alguna imagen o símbolo o simplemente hacer una mancha del color o colores que represente el clima de ese día.
Podes empezar por el Lunes o el Domingo (o cualquier día que te de ganas).
¡Y a explorar se ha dicho!
¿Cómo te despertaste?
¿Qué te acompañó en cada paso que diste?
Observa si alguna emoción se despierta o si no sentís ninguna. Si no sentis nada en particular, también es válido, registra cómo se siente no sentir nada.
Hacelo día tras día, dedicándoles un ratito a cada uno.
Al final, observa el mapa de emociones de tu semana.
¿Qué te dice?
¿Surge alguna reflexión?
Acordate que cada emoción es un mensajero con algo importante que decirte sobre tu vida y tus experiencias.
¡Ponles atención y abrite a un mundo de autodescubrimiento y conexión con los demás!
Y así llegamos al final del post con parte ñoña incluida 😅 Espero que hayas disfrutado y aprendido algo nuevo. ¡Prepárate para el próximo post, donde nos vamos a encontrar de nuevo para seguir explorando las maravillas de las emociones! ¡Te deseo un día lleno de sonrisas y emociones desbordantes! 🌟✨¡Hasta la próxima!